NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN

Dietas equilibradas

Una dieta equilibrada debe contener todos los componentes nutricionales que el organismo humano necesita para funcionar correctamente.
Por una parte, la dieta equilibrada tiene que contener la suficiente cantidad de glúcidos para aportar la energía suficiente y necesaria para que podamos realizar la actividad física diaria. En algunas dietas hipocalóricas, consideradas equilibradas, se reduce el consumo de glúcidos con la finalidad de suministrar menos energía o calorías, pero no por ello se deben considerar dietas no equilibradas, porque la reducción de glúcidos no resulta tan significativa y, además, contienen todos los nutrientes necesarios. Podríamos decir, que son dietas que reducen el consumo de calorías porque anteriormente había un consumo excesivo.

Una dieta equilibrada tiene que aportar al organismo la cantidad suficiente de proteínas y, además, estas proteínas deben ser de alta calidad biológica.
Por otra parte, la cantidad de glúcidos y de lípidos debe ser la suficiente como para no caer en un balance negativo de nitrógeno.
En cuanto a las vitaminas y los minerales, en una dieta equilibrada se ingieren principalmente con el consumo de frutas y verduras. En periodos largos de este tipo de dieta, se puede consumir suplementos vitamínicos y de minerales para evitar el desequilibrio, sobretodo, en épocas del año consideradas frías.

Con todo lo dicho hasta ahora, resulta complicado realizar una dieta equilibrada que resulte lo suficientemente hipocalórica como para forzar al organismo a consumir las reservas de grasas. A pesar de lo complicado que parece ser, se puede conseguir. Se trata únicamente de rebajar el consumo de calorías, de tal manera, que el organismo consuma de forma significativa las grasas corporales, pero además, conteniendo todos los componentes nutricionales para que no produzca ningún daño a corto o largo plazo. Como podemos deducir, se trata de encontrar un equilibrio. Aquí debemos añadir que el ejercicio físico constante o casi diario juega un papel fundamental, pues si la dieta es equilibrada y no es baja de calorías, no perderemos los kilos de peso que deseamos hacer desaparecer. En definitiva, una dieta equilibrada, sana y apoyada por el ejercicio físico constante, garantiza bastante el éxito. Dicho de otra manera, hay que tener hábitos saludables y tener paciencia para conseguir el triunfo final.

En una dieta equilibrada, la proteína tiene que cumplir varios requisitos necesidades. Por un lado y, como ya hemos mencionado, la proteína tiene que tener un valor biológico elevado. La cantidad de proteína suministrada es un factor determinante de la utilización que realizará el organismo de dicha proteína. Un cantidad baja de proteína tendrá un uso, por parte del organismo, para reponerse y repararse, también será utilizada la proteína para evitar caer en un balance negativo de nitrógeno. La proteína debería ser el 15% del consumo total.
Además, para que el organismo utilice la proteína como un recambio protéico y no para generar energía, es necesario que la cantidad de glúcidos sea lo suficientemente proporcional como para permitir esta finalidad de la proteína.

En las dietas de reducción de peso nos encontramos que las calorías ingeridas diariamente oscila entre las 600 Kcal. y las 1300 Kcal. Sí tenemos que una dieta equilibrada, nos aporta a través de la ingesta diaria un valor energético de entre 1300 Kcal. y 1900 Kcal., se hace evidente que la dieta equilibrada no resulta muy eficaz para reducir de peso, por si sola. Llegados a este punto, cabría decir que la mayoría de las dietas equilibradas, por no decir todas, hacen un especial hincapié en la realización constante de ejercicio físico o deporte. La unión entre la dieta equilibrada y el deporte si resulta eficaz para lograr un consumo de grasas corporales acumuladas y, por tanto, reducir el peso.

En casos de sobrepeso leve y sobrepeso moderado, con un análisis alimenticio de lo que se consume diariamente, un seguimiento de las pautas alimentarias recomendadas habitualmente (ingerir verduras y frutas, 5 ingestas diarias, etc) y la realización de alguna actividad física adicional de forma constante, resulta muy eficaz para lograr objetivos de reducción de peso corporal.
En definitiva, con pequeños cambios en nuestras costumbres, podemos alcanzar un peso razonable para nuestra salud, sin necesidad de ponerla en riesgo, con todas las consecuencias que de una dieta desequilibrada, se derivan.

NOTA: En pleno siglo XX, entre los años 20 y 40, habían personas que morían por seguir dietas totalmente estúpidas y sin fundamento científico. Creo que es un dato a tener en cuenta y que abre una puerta a la reflexión individual.
Una dieta no equilibrada y, además, sin el seguimiento médico adecuado, puede decidir el tiempo de nuestra estancia en este mundo y la calidad de vida que tengamos en el futuro inmediato y posterior, pues nuestros órganos corporales se pueden llegar a deteriorar irreversiblemente y, todo, por no buscar ayuda en nuestro médico.
Así, en el supuesto de que tengamos dudas sobre nuestra alimentación, el primer y único paso a seguir, es consultar con nuestro médico.

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