NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN

Los microminerales

A pesar del nombre que tienen o se les ha puesto, microminerales, no significa ni mucho menos, que no sean importantes para nuestra salud. Muy al contrario, los microminerales tenemos que tenerlos muy presentes. Las ingestas diarias, a través de los alimentos, en la mayoría de los microminerales no supera los 100 mg, a diferencia de los macrominerales, que si se puede aumentar dicha cantidad con cierta facilidad.
A los microminerales también se les conoce como oligominerales y minerales esenciales, en fin, el nombre probablemente sea lo de menos, porque lo que ha constatado la historia de la ciencia y la experiencia, tanto en la ciencia como en la vida diaria, es que la ingesta de estos minerales no solamente nos ayudarán a disponer de una mejor salud, sino que también, a una mejor calidad de vida, tanto si estamos enfermos y con patologías como si estamos completamente sanos. Cada vez existen más estudios científicos que indican las propiedades benefactoras y protectoras de los minerales en general, creo que habría que tenerlos en cuenta, pero sin devanarnos demasiado la cabeza, es decir, no creer que porque se nos caiga el pelo necesitamos tomar un mineral u otro, la caída de cabello puede ser causa genética o sencillamente porque no nos lavamos con el champú adecuado. Siempre es mejor consultar con un médico y preguntarle por la posibilidad de tomar algún compuesto vitamínico mineralizado. Si no es así, o no queremos consultarle, podemos incluir este compuesto durante unas semanas, no tiene porque suceder nada negativo, a lo más, orinaremos o defecaremos el exceso de minerales que estemos ingeriendo. Tomar suplementos por periodos largos siempre es infinitamente mejor que lo prescriba un médico, hacerlo por nuestra cuenta puede causarnos perjuicios serios o leves, todo dependerá de la dieta o alimentos que estemos tomando.
Los microminerales tienen una particularidad añadida, y es que algunos de ellos, ingeridos excesivamente nos harán daño (el caso del hierro, por ejemplo), pero no ingerirlos también nos perjudicará. En fin, que unos análisis cuestan poco y, en algunos casos, solamente tiempo.

El cromo

El cromo es un micromineral que puede beneficiar a los que desean perder peso, ya que ayuda a metabolizar las grasas corporales y los azúcares. Los deportistas que desean ganar musculatura y perder peso tienen en el cromo un mineral útil.
Entre la población existe un elevado índice de personas que padecen el síndrome X, este síndrome se caracteríza en que el organismo ofrece una resistencia a la insulina y por una obesidad abdominal. Se calcula que el 25% de la población lo padecen sin saberlo. Con esta enfermedad, el organismo no regula correctamente la glucosa con lo que, el páncreas segrega cada vez más insulina. Con esta enfermedad se aumenta el riesgo de padecer una enfermedad coronaria y la diabetes.
El organismo utiliza el mineral del cromo para metabolizar los azúcares y las grasas, de aquí que sea un mineral que puede ayudar a adelgazar y a que la insulina proveída por el páncreas actúe adecuadamente. De otro modo, la ausencia o deficiencia del cromo resta eficacia a la insulina, dando lugar a enfermedades como la diabetes mellitus, enfermedades cardiacas y a la obesidad. La ingesta del mineral del cromo hace disminuir los índices del colesterol.
Respecto a las personas que ya padecen una diabetes del tipo 2, la ingesta del mineral del cromo, les ayuda a mejorar los niveles de glucemia, de insulina y del colesterol.
La glicina, la niacina, el ácido glutámico y la cistina favorecen la absorción del mineral cromo en el organismo.
Por el contrario, los aditivos y una dieta rica en azúcares disminuyen los niveles de cromo en el organismo.
Los alimentos que incluyen el mineral del cromo entre sus nutrientes son: la levadura de cerveza, las judías rojas, la carne, los cereales integrales, guisantes, cacahuetes, entre otros muchos.
Los síntomas que nos pueden hacer intuir una deficiencia del mineral del cromo son : necesidad de comer con frecuencia, exceso de sed, nivel de triglicéridos en la sangre, bajos niveles de azúcar en la sangre, mareos e irritación tras varias horas sin comer, adormecimiento.
Los especialistas de la alimentación recomiendan una ingesta diaria de 100 mcg, y en casos de terapia aumentar a 200 mcg. Un consumo elevado es perjudicial para la salud.
En los suplementos vitamínicos mineralizados nos podemos encontrar otros nombres para llamar al mineral del cromo como son: polinicotinato de cromo y picolinato de cromo.

El selenio

El selenio es otro de los minerales que en combinación con otros nutrientes adquiere un poder asombroso. En combinación con la vitamina E, asume el papel de antioxidante, preveniendo y ayudando en la lucha contra el cáncer, sobre todo, el cáncer de próstata, el cáncer de pulmón y los cáncer de colon y recto.
En combinación con otro mineral, el Zinc, actúa para mejorar el sistema inmunológico y haciéndonos más resistentes a las enfermedades víricas.
Efectivamente, numerosos estudios avalan que la ingesta del mineral de selenio, especialmente la selenometionina, disminuyen los riesgos de padecer los cánceres anteriormente descritos. La selenometionina actúa sobre las células cancerosas provocándoles la muerte (apoptosis), en el caso de cáncer de próstata, mientras que las células prostáticas normales no reciben ningún daño. Muchos expertos, están conformes en afirmar que la ingesta de selenio con otros antioxidantes, como la vitamina E, pueden ayudar tanto a combatir el cáncer como a prevenirlo.
También, el organismo utiliza el selenio para elaborar la glutatiónperoxidasa, un antioxidante del sistema inmunológico. Sin este antioxidante, los radicales libres pueden provocar mutaciones en el ADN de las células. La falta de selenio también provoca la deficiencia de células supresoras naturales, necesarias para atacar a las células que han sido infectadas por algún tipo de virus.
Asimismo, el mineral de selenio, puede prevenir las afecciones cardíacas, pues actúa protegiendo el colesterol, y, evitando que el colesterol sufra una oxidación, llamada peroxidación lipídica. También, actúa disminuyendo la formación de las grasas que se adhieren a las arterias y disminuyen el efecto ocasionado por los radicales libres en las arterias.
Asimismo, las personas que padecen un acné severo, se ven beneficiadas con un tratamiento combinado del mineral de selenio y la vitamina E.
Los síntomas que nos pueden sugerir aumentar la ingesta del mineral de selenio son: problemas de próstata, debilidad muscular y general, un aumento de la caspa, tener infecciones frecuentes, un nivel bajo de fertilidad en el caso del varon y un envejecimiento prematuro. Es recomendable su ingesta junto con la vitamina C y la vitamina E, en los casos de fumadores.
La nuez brasileña destaca entre todos los alimentos que nos pueden proveer de este mineral, pues tiene aproximadamente 1500 mcg por cada 100 g. Otros alimentos son: el ajo, el atún fresco, las nueces, las pasas, el pan integral, el huevo, los maricos, el pollo y el hígado, entre otros muchos.
La dosis recomendada por los especialistas se sitúa en los 100 mcg diarios, siendo la selenometionina la forma más destaca por su fácil asimilación por el organismo.
Las vitaminas A, C y E facilitan la absorción del mineral de selenio por el organismo.
Por el contrario, las dietas que tengan un exceso de azufre pueden perjudicar la absorción por parte de nuestro organismo.
Al mineral de selenio lo podemos encontrar en los suplementos vitamínicos mineralizados con los nombres de selenito sódico y L-selenometionina, esta última es la mejor.

El Zinc

El mineral del zinc o cinc, es uno de los minerales necesarios para el pleno rendimiento de nuestro sistema inmunológico. Su deficiencia altera la inmunidad haciéndonos más propensos a contraer infecciones víricas y bacterianas. En numerosos estudios, se ha demostrado que la combinación de zinc y selenio han reducido el riesgo de contraer enfermedades respiratorias, tanto en niños como en ancianos. Asimismo, el zinc es necesario para sintetizar el ADN o también llamado ácido desoxirribonucleico, en las nuevas células inmunológicas.
El zinc, también actúa inhabilitando una proteasa necesaria para la proliferación del virus HIV-1 del SIDA.
Asimismo, su utilidad es manifiesta en la prevención del cáncer de próstata, el tejido prostático tiene unos niveles muy altos de zinc, en comparación con otros tejidos corporales. Se ha descubierto que los varones con cáncer de próstata presentan cuadros con deficit de zinc, por ello, se cree que el zinc puede representar un papel importante en la prevención de este tipo de cáncer.
Existen otras razones, la formación y la calidad de los espermatozoides, la producción de la testosterona y la maduración sexual y reproductiva, no serían eficientes sin unos niveles adecuados de zinc.
Por otra parte, el zinc contribuye positivamente a reducir la oxidación de las grasas sanguíneas, las cuales pueden provocar el bloqueo y la disminución del flujo sanguíneo.
La enfermedad de wilson, se caracteriza por un aumento tóxico del mineral de cobre en el organismo, lo cual puede provocar enfermedades graves como patologías hepáticas, y trastornos neurológicos. En estos casos, el zinc estimula la metalotioneina intestinal para que absorba al mineral de cobre y no le permita el acceso a la sangre.
También se ha demostrado que las personas que sufren un acné severo con deficiencias del mineral de zinc, se ven beneficiadas con un suplemento diario. De igual manera, mejora a las personas que padezcan un eccema.
Las proteínas en general, en nuestra dieta, mejoran la absorción del mineral de zinc.
Por el contrario, el exceso de fósforo, la fibra de los cereales y los fitatos presentes en las espinacas y las legumbres disminuyen la absorción. Las pastillas anticonceptivas pueden disminuir los niveles de zinc en el organismo.
Los síntomas que aconsejarían aumentar o tomar algún tipo de suplemento son:la pérdida del gusto del olfato y la vista, falta de concentración, falta de apetito, crecimiento insuficiente, exceso de infecciones y repetitivas, eccema, cicatrización lenta de las heridas y un crecimiento lento tanto del cabello como de las uñas.
La ingesta recomendada por los expertos en la alimentación se sitúa en 20 mg diarios, en casos de terapia se puede aumentar hasta 50 mg diarios durante periodos cortos, porque puede perjudicar la absorción del hierro y del cobre. En el caso de comprar suplementos con zinc, hay que procurar que los edulcorantes que tengan dichos suplementos no sean ni el sorbitol, ni el manitol, ni el ácido cítrico, porque pueden disminuir la absorción del zinc por parte de nuestro organismo.
Los alimentos que nos pueden suministrar el mineral de zinc como nutriente son: las ostras, el hígado, la carne en general, las pipas de calabaza, el pavo, entre otros muchos alimentos.
Los nombres que podemos encontrarnos en los suplementos vitamínicos mineralizados pueden ser varios, entre ellos, el gluconato de zinc, aspartato de zinc y el picolinato de zinc. Ya puestos a buscar y elegir, es mejor el zinc en las formas de gluconato, citrato o de quelante proteínico, pues se absorben con más facilidad.

El cobre

El cobre es un micromineral que es mejor que sea recomendado por el médico o algún facultativo, porque elevados índices de cobre puede repercutir negativamente sobre la salud, y, en lugar, de hacernos un bien, provocarnos daños irreversibles. Este micromineral, se obtiene de muchas fuentes de alimentos, además de estar incluido en muchos suplementos vitamínicos mineralizados, así, que no se conocen muchos casos de deficit del mineral del cobre.
Este micromineral es beneficioso, es su justa medida, porque activa las reacciones enzimáticas fundamentales y colabora en la elaboración del ATP, la energía corporal. También participa en la oxidación del hierro y en la producción y transporte de la hemoglobina, recordemos que la hemoglobina es necesaria para transportar oxígeno por la sangre. Asimismo, esta involucrado en la producción del aminoácido de la tirosina, siendo necesario este aminoácido para darle color al cabello y a la piel. En colaboración de otro micromineral, el zinc, elabora la enzima llamada superóxido-dismutasa (SOD), que es una de las encargadas de disminuir el daño ocasionado por los radicales libres.
Se ha descubierto que bajos niveles de mineral de cobre, esta relacionado con el aumento del colesterol malo (LDL) y la disminución del llamado colesterol bueno (LAD), lo cual, no hace falta decir, que esta relacionado con las enfermedades cardíacas. Asimismo, la deficiencia de este micromineral, ocasiona un aumento de presión sanguínea, aumento de la inflamación, la anemia, la arterioesclerosis, y en líneas generales, disminuye la eficacia enzimática. Esta disminución en la eficacia enzimática, puede ocasionar malas formaciones en el corazón, los vasos sanguíneos y las células vinculadas a la sangre.
Las personas que sufren de artritis pueden verse beneficiadas con un aumento o un suplemento de este mineral.
Por otro lado, la ingesta de suplementos con este mineral, puede ayudar a prevenir la osteoporosis. La deficiencia de cobre en la sangre esta relacionada con la densidad ósea, por esto, puede ser beneficioso ingerirlo.
Los alimentos que nos pueden aportar este micromineral de cobre son muchos, pero destacaría a los siguientes: el hígado bovino, las ostras, las pipas de girasol, los cacahuetes, las setas, entre otros muchos.
El exceso de zinc en el organismo, dificulta la asimilación del cobre por parte del organismo.
Los especialistas de la alimentación, recomiendan con una ingesta diaria de 2 mg, lo cual se consigue prácticamente con la alimentación habitual, porque como decimos, este micromineral esta incluido en muchos alimentos.
Es muy raro encontrar personas con déficit de cobre.
Algunos nombres por los cuales podemos encontrar este micromineral de cobre en los suplementos vitamínicos mineralizados son: el aspartato de cobre, el citrato de cobre y el picolinato de cobre.

El Hierro

El micromineral de hierro es necesario para transportar el oxígeno por la sangre a nuestras células, así que forma parte de la hemoglobina. También, forma parte de la mioglobina, que es la encargada de llevar el oxígeno a nuestros músculos. Y, también, es necesaria para la elaboración del ATP. Todo esto, esta extrechamente relacionado con la fatiga, pues una falta de oxígeno a nuestras células y a nuestros músculos, o una deficiente sintetización del ATP, provocan precisamente la fatiga.
Al igual que sucede con el micromineral de cobre, es mejor que la deficiencia de hierro la constate un médico, con un simple análisis de sangre sería suficiente. De otro modo, podriamos estar suministrandonos dosis tóxicas de mineral de hierro. Un exceso de hierro puede provocar enfermedad e incluso la muerte (en el caso que se ingiera más de 10 g). El exceso de hierro provoca un aumento oxidativo, por el cual, se eleva el riesgo de sufrir afecciones cardíacas. De igual manera, se acelera el envejecimiento. También puede provocar la artritis reumatoidea.
Es difícil, encontrar personas con deficiencias de micromineral de hierro, excepto en las mujeres que tienen una menstruación copiosa, las mujeres que amamantan a sus hijos, los ancianos (porque no lo asimilan bien) y, personas que, por lo general, presentan un cuadro de enfermedades como las hemorroides, la colitis ulcerosa, etc. Nos podemos encontrar personas que tengan la anemia ferropriva (deficiencia de hierro), que se caracteriza por tener un nivel bajo de glóbulos rojos, o un nivel bajo de hemoglobina.
Lo mejor es que diagnostique un médico la falta de hierro. De otra forma, puede resultar peligroso.
El hierro puede venir como nutrientes en dos tipos de alimentos: las carnes y en los vegetales. El hierro que proviene de la carne y el pescado es llamado hierro hemínico, y el organismo lo asimila en un 25%. Mientra que el hierro que proviene de los vegetales, el organismo tan solo asimila un 5%. Por estos datos, los vegetarianos deberían ingerir suplementos de hierro.
Los síntomas que nos pueden hacer intuir una falta del micromineral de hierro y hacernos ir al médico son: la fatiga y el cansancio, dolor de cabeza, palidez, falta de apetito, caída del cabello, no respirar bien o que tengamos la sensación de falta de aire y la falta de concentracción.
Los alimentos que incluyen el hierro en su composición de nutrientes son: las carnes rojas, las sardinas, el huevo, los albaricoques, los cereales, las legumbres, entre otros muchos. Al contrario de lo que mucha gente cree, las espinacas no son una fuente de hierro. Esta creencia es debida a una falsa propaganda en la segunda guerra mundial, por un déficit de hierro en los niños, de aquí que sacaran los famosos dibujos animados de Popeye el marino y sus espinacas como fuente de hierro. Es más, las espinacas perjudican la absorción del hierro, por parte del organismo, por el tipo de fibra que contiene.
Lo que si favorece la absorción de hierro, es la vitamina C y la fructosa contenida en las frutas.
Por el contrario, el té, las fibras fitato de los cereales, el exceso de calcio y los antiácidos pueden dificultar la absorción del micromineral de hierro.
Los especialistas de la alimentación están recomendando ingestas de 15 mg diarios. En situaciones de anemia ferropriva, recomiendan los 25 mg diarios, por un periodo breve.
Algunos de los nombres que nos podemos encontrar en los suplementos vitamínicos mineralizados son: gluconato ferroso, fumarato ferroso, sulfato ferroso, peptonato ferroso y citrato ferroso. Todos son recomendables por su fácil asimilación por parte del organismo, excepto el sulfato ferroso que puede provocar estreñimiento en algunas personas.

El yodo

La glándula tiroidea es la responsable de segregar las hormonas tiroideas, que son dos: la hormona tiroxina y la hormona triyodotironina. Esto no lo podría hacer sin el aminoácido tirosina y el mineral del yodo. Las hormonas tiroideas son fundamentales para la regulación de las reacciones bioquímicas de nuestro organismo. Entre las reacciones que regula ésta glándula se encuentra el control de las calorias consumidas.
En los países industrializados o desarrollados, es muy extraño encontrar personas con deficiencia de yodo, pues viene suministrado con la sal común, principalmente. También se puede encontrar en los productos del mar y en la leche de vaca.
El yodo, además, es necesario para el desarrollo del feto, el desarrollo intelectual del niño, y para la conservación de los tejidos conjuntivos que forman los tendones.
En los países en vías de desarrollo, la falta de yodo puede ocasionar retraso mental, desarrollo anormal en los niños, una falta de desarrollo en los lactantes llamado cretinismo.
En algunos problemas de sobrepeso, ingerir suplementos de yodo, puede ayudar estimulando a la glándula tiroidea.
El déficit de yodo, puede ser causa de lesiones en los tejidos mamarios de las mujeres. De hecho, las mujeres que presentan mamas fibroquísticas (dolor mamario, pequeños bultos o quistes mamarios, opresión en las mamas) se ven beneficiadas con un suplemento de mineral de yodo. Aunque, si salen bultos en los pechos, lo mejor es ir corriendo al médico, pues es el único que nos puede aconsejar correctamente. Es fácil confundir un bulto benigno con otro maligno, solamente una diagnosis médica puede decirnoslo con total seguridad.
El exceso de yodo también ocasiona sus problemas. Por ejemplo, las ingestas superiores a 600 u 800 mcg pueden obstaculizar la función de la glándula tiroidea.
Los síntomas que nos pueden indicar una falta de yodo son: el cansancio, la falta de concentración, tener los miembros frios, dolor de mamas, la falta de memoria, la debilidad muscular y la falta de memoria. Como ya hemos indicado, es extraño que se den casos de insuficiencia de este mineral, es mejor consultar a un médico, pues un simple análisis de sangre y orina nos dirá que nos esta sucediendo. Por ejemplo, el cansancio puede deberse a otras causas, como la falta de hierro.
El repollo, el nabo, la semilla de soja, los cacahuetes, la mandioca, la sulfonilurea (usada en la diabetes) inciden negativamente en la absorción del mineral de yodo por nuestro organismo. Asimismo, el exceso de flúor, cloro y bromo afectan negativamente en la manera en que nuestro organismo utiliza el yodo.
La dosis recomendada por los nutricionistas se sitúa en 150 mcg diarios.

El manganeso

El manganeso es otro mineral con el cual es difícil encontrar personas con deficiencias. Excepto en los casos de diabetes, que dicho sea de paso, si se les suministra un aporte adicional de mineral de manganeso, mejoran sus niveles de azúcar en la sangre.
Asimismo, el manganeso interviene en la elaboración de las hormonas sexuales, aumenta la eficacia de las proteínas ingeridas con el alimento, ayuda a conservar el sistema nervioso, a tener un buen funcionamiento encefálico, interviene en la formación del colágeno, en la formación ósea y articular, mejora a los enfermos de epilepsia reduciendo sus ataques, ayuda en la cicatrización de las heridas y fortalece el sistema inmunológico.
Respecto a la diabetes, el manganeso forma parte de la superóxida dismutasa, esta enzima esta encargada de la defensa del organismo contra los radicales libres que actúan atacando a las células beta del pácreas, que deberían producir insulina, pero con la diabetes no sucede. Aquí el manganeso actúa ayudando en la creación de la superóxida dismutasa.
Un exceso de manganeso es expulsado por el organismo.
Los síntomas que nos pueden indicar la falta de mineral de manganeso son: falta de equilibrio, mareos, tirón muscular, fallos de memoria, dolor articular y sarpullidos cutáneos.
Los nutricionistas recomiendan una ingesta diaria de 5 mg, para usos terapéuticos de unos 15 mg diarios. Es raro tener déficit de mineral de manganeso si se tiene una alimentación equilibrada. Los frutos secos y las legumbres son ricas en este mineral.
El zinc, la vitamina C, la b1, la E y la K, ayudan a la correcta absorción de este micromineral.
Por el contrario, el alcohol, los productos de pasteleria, los antibióticos, el exceso de calcio y fósforo perjudican la absorción y bajan los niveles.
Algunos de los nombres que podemos encontrar en los suplementos vitamínicos mineralizados son: el sulfato de manganeso, el citrato de manganeso, el gluconato de manganeso y el aminoácido quelato de manganeso.

El flúor

El flúor es un micromineral que ya vienen incorporado como nutriente en el agua que bebemos. También lo podemos encontrar en las pastas de dientes fluoradas y en el té. Por ello, es difícil encontrar personas con deficiencia de mineral de flúor.
Con el flúor el esqueleto óseo se fortalece. También, los dientes quedan protegidos a través del esmalte dental que utiliza el mineral de flúor para fortalecerse e impedir la aparición de caries. Asimismo, las personas ancianas que padecen la sordera progresiva por incremento o aumento de los huesos del oído interno, pueden verse beneficiadas por un aumento de la ingesta del micromineral flúor. También, se ha constatado científicamente, que en las zonas donde los niveles de flúor son altos en el agua, reducen el riesgo que sufrir osteoporosis.
El exceso de flúor también presenta sus inconvenientes. Por ejemplo, la ingesta elevada de este mineral puede provocar depresión y manchas blancas en el esmalte dental. Al exceso de flúor se le denomina fluorosis.
El magnesio, el aluminio,el calcio y los antiácidos que tomamos para la acidez estomacal, inhiben y disminuyen los niveles de flúor en nuestro organismo.
Algunos de los nombres o compuestos que nos podemos encontrar en los suplementos vitamínicos mineralizados son: el fluoruro de calcio y el fluoruro de sodio.

El silicio

El micromineral de silicio todavía se encuentra en fase de estudio científico. Aún así, parece ser que tiene ciertas propiedades o puede ofrecer ciertos beneficios para nuestra salud, al menos, las investigaciones científicas apuntan en este sentido. Por ejemplo, se ha descubierto que algunas partes de nuestro organismo corporal, como los pulmones, la aorta, la tráquea y los tejidos conjuntivos, tienen un alto índice de mineral de silicio. Asimismo, este mineral se encuentra en los huesos.
Se considera que puede ayudar en las personas que tienen el cabello frágil y pierden pelo. También retrasa la aparición de las arrugas en la piel y aumenta la elasticidad. Por otro lado, favorece la buena digestión, porque reviste el estómago protegiéndolo, inhibe y absorbe algunos tóxicos alimenticios.
Además, de ayudar contra el cabello quebradizo, también lo hace contra las uñas quebradizas dándoles fortaleza.
Recientes experimentos con ratas de laboratorio, apuntan que el silicio puede neutralizar el aluminio que ingerimos y que se acumula en nuestro cerebro y los tejidos nerviosos. Éstos experimentos, son muy importantes porque esta ampliamente reconocido, que una de las posibles causas del alzheimer, es precisamente la acumulación de aluminio en los tejidos nerviosos.
Esta considerado que, por regla general, no ingerimos suficiente mineral de silicio, de hecho, a medida que avanzamos en la edad se nos hace más difícil asimilar el silicio que viene incorporado con los alimentos como nutriente. El boro, el magnesio, el calcio, y el manganeso favorecen la absorción del silicio como mineral nutritivo.
Por contra, se considera que el micromineral de silicio en forma de silice no es bien recogido por el organismo. Para ello, es mejor utilizar ácido silícico.
Como hemos explicado, esta en fase de estudio. De todas formas, se puede encontrar en forma de medicamento.
Las cebollas, los cereales en general y la remolacha, son fuentes alimenticias de micromineral de silicio.
Aunque esta en fase de investigación, algunos especialistas de la nutrición recomiendan ingestas diarias de 1,5 g.

El molibdeno

Es otro de los microminerales en el cual es difícil encontrar a alguna persona con deficiencia, principalmente porque se encuentra en muchos alimentos, tanto vegetales como animales. Así, que lo más lógico es pensar que no lo necesitamos ingerir como suplemento. De todas formas, hay muchos suplementos vitamínicos mineralizados que lo incluyen en su composición química.
El mineral de molibdeno hace que el hierro localizado en el hígado actúe, y además, conserva el sistema nervioso. También, el mineral de molibdeno es necesario para una correcta fertilidad masculina y potencia sexual masculina.
Asimismo, el organismo utiliza el molibdeno para sintetizar o metabolizar las grasas y los glúcidos.
No se conocen causas o síntomas provocados por la falta de mineral de molibdeno, pero se intuye, que el déficit de molibdeno puede estar relacionado con una mala salud bucodental, algunos casos de impotencia masculina y alteraciones en el pulso cardíco.
Los alimentos que nos pueden proporcionar el micromineral de molibdeno como nutriente son: el hígado,las legumbres, los cereales, entre otros muchos.
Los especialistas de la alimentación recomiendan ingestas de entre 100 y 1000 mcg diarios.
El molibdeno se absorbe facilmente por el organismo.
Las carnes y el silicio en exceso disminuyen los niveles de molibdeno en el organismo.

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